- Llegamos tarde a Agua Bendita porque los del staff no estaban listos a la hora que nos citaron, eso me pareció una falta de respeto porque todos llegamos puntualmente además de que las familias ya nos estaban esperando.
Cuando bajamos las cosas pude ver un poco de desorganización pero al final pudimos subir todas las cosas a la escuela.
Mi cuadrilla era de pocos integrantes por lo que pensé desde el principio que nos iba a costar más trabajo terminar la casa a tiempo, cuando llegamos con las familias fue muy impactante ver en dónde viven, en casas de madera y en la vil tierra. Nosotros tuvimos más trabajo al llegar porque no habían tirado la casa del terreno en donde íbamos a construir, así que tuvimos que tirarla primero para poder empezar a construir la nuestra.
- Cuando empezamos a quitar la tierra, me sentía un poco mal porque el tirar la casa nos había atrasado muchísimo y eso significaba que probablemente no íbamos a acabar la casa a tiempo.
La hora de la comida fue una oportunidad de conocer un poco más a la familia, de platicar y ver cómo eran. Para mí es muy importante demostrar interés para que la familia sienta más confianza y se sienta cómoda con nosotros.
- Ya que llegamos a la escuela todos estábamos cansados, a la hora de la cena fue otro momento bueno para convivir con las personas que iban también de voluntarios.
La actividad de reflexión se me hizo importante porque fue para que nos diéramos cuenta de la importancia de lo que estábamos haciendo, de que íbamos a cambiar la realidad de 15 familias que realmente lo necesitaban.
- A pesar del cansancio del día anterior, me levante con ganas, con ganas de seguir ayudando y terminar la casa para la familia.
El trabajo fue un poco más duro porque el terreno que me tocó era muy difícil de trabajar, por lo que nos costó mucho trabajo hacer los hoyos en la tierra. Nos sentimos frustrados como equipo porque no veíamos mucho avance en la construcción. Pero esto también nos motivó para echarle todavía más ganas por el compromiso que teníamos con la familia.
- Esta parte fue muy frustrante porque las medidas no nos cuadraban, además de que llovió y todos los hoyos se inundaron. Fue doble trabajo porque tuvimos que volver a darles forma para poder meter los pilotes. Tuvimos que hacer muchas mediciones para que cuadrara eso era muy importante porque era la base de la casa y queríamos que quedara perfecto.
A la hora de la comida también convivimos con la familia, que para este día ya tenían más confianza con nosotros.
- Al ya tener el pilote maestro me sentí más tranquila porque de alguna manera vi más avance aunque todavía nos faltaba mucho por hacer. Creo que esta parte fue la más difícil debido a lo complicado de nuestro terreno y por las condiciones del clima.
Al igual que el viernes la actividad de reflexión me pareció importante porque me sirvió para darme cuenta de la realidad que viven muchas personas y que tenemos tan cerca de nosotros.
- Al llegar a la construcción nos pusimos a trabajar de inmediato porque íbamos atrasados y sabíamos que no íbamos a terminar la casa.
Esta parte fue más fácil y le vimos ya forma a la casa por lo menos las parrillas ya estaban puestas, y eso la verdad me motivó bastante para seguir con lo que faltaba. Ya cuando estaba la duela puesta sentimos el avance del trabajo que habíamos hecho.
- Tuve que regresarme en el camión de las 4, pero me regrese sabiendo que aunque no se iba a terminar la casa ese fin de semana, avanzamos lo suficiente a pesar de los contratiempos que hubo a lo largo que los días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario